Viaje, llegada y alojamiento
Nos esperaban 2 semanas
en Nürmberg (Nu-rem-berg), y el domingo 7 de Octubre, empacamos unos cuantos
jerséis, calcetines calentitos, cepillo de dientes, otras cosas necesarias para
sobrevivir (lo justo para dos semanas porque tampoco puedes meter tantas cosas
en una mochila de ruta), saco y esterilla; guitarra, violín (que gracias a Dios
pusieron en una furgoneta, aunque desgraciadamente me dejé el sándwich de la
comida en la funda de la guitarra) y quedamos con los demás estudiantes y staff
– 120 personas en total – en la parada del bus en Löbau StraBe. No sé cómo pero
todos con mochillas e instrumentos cupimos en el bus que conecta el pueblecito
de Herrnhut con la estación de tren de Löbau. Después de 15 minutos
“ensardinados” llegamos a Löbau, donde cogimos un tren hasta Dresden. Tras 45
minutos, llegamos a la Haubahnhof de Dresden y cambiando de andén, tomamos el
tren que en unas 5 horas nos dejaría en Nürmberg. Al llegar, nos dividimos en
grupos y el mío – 30 personas – fuimos a una iglesia situada en la calle “7
quesos” – SiebenKas StraBe o algo así – a 10 min de la estación llamada
Ekklesia. La iglesia es súper chula. Tiene una cafetería/bar, habitaciones
abajo y arriba, y el sanctuary o la habitación grande donde haríamos todas las
main meetings con la escuela. El primer día al llegar no hicimos mucho.
Cocinamos una cena calentita y fuimos a dormir… nos esperaban dos largas e
imprevisibles semanas.
Cómo es la ciudad
Nürmberg, comparado con
Herrnhut, es enorme… hacía tiempo que no estábamos en una ciudad, y se nos
dibujó una sonrisa en la cara al ver Starbucks, cafeterías, tiendas, gente… La
parte antigua de la ciudad es el centro, y hay un muro antiguo que separa el
centro del resto de la ciudad. Hay una universidad de música, otra de arte, y
la vivienda no es muy cara, porque tampoco es muy muy muy turístico. Así que el
arte y la música son bastante queridos por la ciudad, y es muy típico
encontrarte a músicos tocando en las calles. Lo malo es que la prostitución y
los locales de este tipo son legales y tristemente el tráfico de chicas se da
mucho en esta ciudad, especialmente de chicas de Europa del Este, pero tanto el
gobierno como la policía hacen la vista gorda. No muy lejos del centro, está la
calle de la Luz Roja. Ekklesia no está en el centro centro, pero en tan solo 15
minutos nos plantábamos en pleno centro. Hay barrios fuera del centro que son
turcos, y también hay mucha gente de Rumanía.
Daily Schedule
Nos levantábamos a las
8:30. A las 9 desayunábamos arriba, en una habitación al lado de la cocina de
Ekklesia. La verdad es que levantarse a esta hora fue un lujazo, porque en
Herrnhut estamos acostumbrados a empezar clases a las 8:30. Al ser 30 personas
nos repartíamos las tareas de cada día: limpiar baños, hacer el desayuno, la
cena, limpiar platos… y siempre nos quedaba tiempo libre para arreglarnos,
tomar otro té o café y leer la Biblia un ratito antes de que llegaran los demás
para las sesiones de la mañana, que empezaban a las 10:30. La primera semana
tuvimos como conferenciante a Sam, un misionero que ha estado viviendo unos 20
años en la India, pero que también trabaja en Alemania, y que tiene historias
alucinantes por contar. La segunda semana nos encontrábamos cada mañana también
pero tan sólo para alabar y orar y después pasábamos los días en las calles, en
las cafeterías o trabajando en nuestro arte para las performances y eventos que
organizábamos para invitar a la gente que íbamos conociendo. Los lunes y
miércoles organizábamos conciertos en una cafetería. Los viernes de cada
semana, teníamos la “Exhibition night” donde se exponían
fotografías, pinturas, los músicos cantaban y los bailarines bailaban… y había
té, pastel y café para todos. Así que los días por el mediodía-tarde eran bastante
diversos. Habían días en que teníamos un “plan” que seguir, pero otros
simplemente improvisábamos, y Dios siempre nos acababa sorprendiendo.
Ekklesia – Nuestro hogar
Durante las dos semanas
dormimos en esta iglesia. En la habitación de abajo, donde estábamos las
chicas, teníamos 3 sofás que íbamos turnando cada noche, aunque el suelo era de
moqueta y tampoco era tan duro dormir con saco y esterilla. Lo bueno es que en
esta iglesia se hacían las main meetings, así que no teníamos que andar cada mañana
para reunirnos con los demás. Lo malo es que no teníamos ducha, pero teníamos
un par de picas bastante grandes en una habitación de al lado… y toallitas, así
que pudimos sobrevivir dos semanas! Además podíamos ir por las tardes a
ducharnos a las otras iglesias donde dormían otros estudiantes.
Luz Roja
El distrito de la Red
Light es una calle estrecha y larga no muy lejos del centro. El martes de la
primera semana decidí unirme al grupo de estudiantes y staff que iban a ir para
simplemente caminar de una punta a la otra y orar por las chicas y los hombres
que andaban por allí. Cuando llegas a esa calle es como si el aire pesara más.
Notas y palpas la oscuridad de aquél sitio, pero también te sientes como una
pequeña luz brillando con más fuerza al estar oscuro. Se te parte el corazón al
andar y ver en cada ventana a chicas en ropa interior expuestas como productos
para satisfacer los deseos de hombres que las ven como simples objetos, y que
no se dan cuenta de que muchas de ellas están siendo traficadas. Hay gente que
simplemente toma esa calle porque es un atajo, o hay hombres que, tras estar
todo el día en la oficina, andan por esa calle porque “les viene de paso” y de
paso se regalan la vista. Cuando andas por allí tienes muchos sentimientos
distintos. Otros grupos de estudiantes (casi cada noche un grupo de personas
iba a orar allí) pudieron hablar con algunas de las chicas, y hasta con algunos
hombres, y aunque es una situación muy dura, hay esperanza y Dios aún puede
hacer grandes cosas!
Sam
Fue nuestro speaker o
conferenciante durante la primera semana en Núremberg. La verdad es que cuando lo
escuchas hablar sus historias cuestan de creer, porque son demasiado
increíbles. Sam nos retó a evangelizar en las calles, sin miedo a orar, cantar
o adorar en público… y era gracioso ver como, tras estar un rato con una
guitarra cantando frente al castillo, teníamos a un montón de personas a
nuestro alrededor preguntando qué estábamos haciendo. Un día por la mañana
subimos a la parte más alta de Núremberg, dónde se veía toda la ciudad, y fue
precioso orar por ella y cantar y orar juntos desde el mirador.
Findesemana spanish
El finde tuvo un sabor
español… ¡por fin! Resulta que Núremberg está sólo a 2 horas de Ulm, que es
donde Ana está viviendo desde hace 2 semanas, así que decidió venir a
visitarme. La fui a buscar a las 10:45 en la estación central de Núremberg, y a
las 11 quedamos con Doreen y Michelle, dos chicas de Ekklesia que son
estudiantes en la ciudad y que además hablan español. Estuvimos todo el día
paseando; subimos al castillo de Núremberg, andamos por las calles, entramos en
una catedral, comimos frankfurts con pan y
tomamos un chai tea latte en una cafetería. Por la noche fuimos a dormir
a casa de Doreen y Michelle, me pude duchar (por fiiiiiin!) y tomamos té de
mango con galletas. El domingo por la mañana me tuve que levantar súper
temprano porque me pidieron tocar el violín en la alabanza, pero Doreen se
levantó antes y nos preparó un suculento desayuno alemán con yogurt, muesli,
fruta recién cortada, madalenas…. ¡Fue una pasada! Después del morning service,
Ana y yo fuimos a pasear un rato, hacía un día de sol super bonito, e
invitamos Doreen a comer. Después
acompañé a Ana a la estación, tomamos un té mientras esperábamos su tren y,
aunque un poco tristes, nos despedimos.
Flashmob
Durante la primera
semana, tuvimos la idea de hacer un Flashmob de la canción “Beautiful things”
de Gungor. Así que el martes ensayamos con toda la escuela: músicos, cantantes,
fotógrafos, bailarines… se te ponía la piel de gallina en los ensayos! El miércoles
a las 13:30, quedamos en la plaza central delante de la catedral Lorenz Kirche.
Evelyn y Zach empezaron a cantar la canción solos. Al final de la primera
estrofa, entrábamos los dos violines: yo y Darby. El problema es que mi funda
no se abría. La cremallera se encalló y ya me veis a mí intentando abrirla por
todos los medios posibles. Al final por fin se abrió y entré corriendo en la
segunda estrofa. Pero el flashmob fue precioso. Pronto lo colgaran en youtube y
ya lo pondré en el blog!
Francisco – Mr. White
En la misma plaza en la
que queríamos hacer el flashmob, había cada día un hombre vestido de blanco en
plan estatua de las ramblas. Nunca habíamos hablado con él, pero había que
decirle algo antes del flashmob en plan: “dentro de un rato vamos a hacer una
canción y la gente se irá sumando… no te asustes!” – Una chica del equipo lo
intentó, pero al cabo de un rato me viene diciendo: “Keila! Es español! Habla
tú con él” – Así que fue y resulta que se llama Francisco y que es de
Tarragona. Después del Flashmob, estuve hablando un rato con él, y quedamos que
al siguiente día haríamos un café. Me estuvo explicando toda su vida, de cómo
hab sloemd﷽﷽﷽aron a cantar laque enida,
de con que es de Tarragona. Desputa hacer una cancipondñr eZach empezaron a cantar
laque enía llegado a ser y trabajar de estatua, de su infancia, un poco
triste la verdad: su padre murió cuando era un niño y su madre se fugó con un
camionero, así que se crió con su abuela y su hermano pequeño. Yo le expliqué
en qué consistía YWAM y nuestra escuela, y el por qué estábamos en aquella
ciudad. Quedamos que vendría a la exhibition night del viernes, porque así nos
podríamos despedir y charlar un rato más, pero aunque me aseguró que sabía la
dirección y que quería venir… no apareció. Me supo mal no despedirme de él,
aunque fue especial conocerlo!
Hans
Hans es quizás la
historia más alucinante. Conocí a Hans a finales de la primera semana, en el
Starbucks. Gafas, el poco pelo que le queda es blanco, corbata negra con topos
blancos, chaleco y manos un tanto cortadas por el frío. A primera vista parecía
un anciano un tanto refunfuñón, pero como estaba sentado a mi lado, decidí
intentar entablar una conversación con él con mi pequeño nivel de alemán. Dos
chicas que venían conmigo empezaron a orar para que Dios me diera palabras, y
lo creáis o no, estuve hablando con él una hora. Me contó que aunque ahora
tocaba en las calles, había sido solista de la filarmónica de Alemania, pero
que al ser mayor – tiene 79 años – ya no tenia trabajo. Me explicó que tiene 3
violines, uno de ellos es un Stradivarius y el otro no recuerdo el nombre, pero
el más sencillo que tiene es un violín de 300 años de antigüedad, que es el que
utiliza para tocar en las calles. Le pregunté qué días estaría tocando y dónde
porque me encantaría escucharlo. Durante la siguiente semana no hizo muy buen
tiempo, así que me lo encontraba bastantes veces sentado en aquél mismo sillón
de aquél mismo Starbucks. El jueves por la noche, estábamos tocando enfrente de
StLorenz Kirche – donde por cierto me encontré con 3 españoles: una chica, su
novio y la madre de la chica que haba﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽s:
una chica, su novio y la madre de la chica que habo no recuerdo el nombre, pero
el mach empezaron a cantar laque enía venido de visita, con los que
hablé un rato sobre nuestra escuela, sobre lo que hacíamos allí y todo – vino
Erik corriendo a decirme que Hans estaba tocando el violín en esa misma calle.
Fuimos hacia allí y sí, estaba tocando ¡y cómo tocaba! Al verme, me dejó probar
su violín… no podía dejar de sonreír! Entonces fue cuando me dijo que me lo
vendía por 200 euros si le daba mi violín, que según él, era para niños. Yo le
dije que no podía darle mi violín, porque aunque no era muy bueno, lo había
tenido toda mi vida. Entonces me dijo que por 300 euros, aquél violín de 300
años de antigüedad era mío. No me lo podía creer. Sólo mi arco me ha costado
casi 200 euros, así que este precio por un violín así era una broma. Igualmente
le dije que no podía comprarlo ahora, porque aún tengo que pagar los 3 meses de
outreach, y que tenía que consultarlo con mi familia y que no podía pedir este
dinero ahora. Iba a marcharme cuando, al girarme, veo que algunos de mis
compañeros y staff que estaban allí estaban sosteniendo unos billetes. –“Este
violín tiene que ser tuyo, Keila!” me dijeron. Empecé a llorar, Hans me abrazó
y me dijo que su violín me daría suerte y que siguiera tocando porque veía que
tenía manos de violinista – “Nada de tocar la guitarra” – me dijo. Es curioso
cómo cuesta más aceptar una bendición que darla. Justo antes de marchar a
Nüremberg, nos hablaron sobre la generosidad, y una chica dijo que cuando
estaba haciendo su DTS, al dar cosas, recibía siempre el doble. Aunque estaba
un poco escéptica respecto a esto, sentí que Dios quería que diera 150 euros –
la cantidad para ir a Núremberg, a una de mis compañeras, que no tiene mucho
dinero ni apoyo desde casa. Entregué un sobre a una persona del staff para que se
lo diera de forma anónima. Lo curioso es que el violín costó 300 euros.
Exactamente el doble de lo que di. Fue una noche alucinante. Así que ahora
tengo un violín precioso antiguo que suena increíblemente bien y al que he
llamado “Hans peligro”. Se llama Hans por Hans y porque uno de los estudiantes
que puso dinero se llama Erik-Hans, y peligro porque Allie, otra de las chicas
que ofreció dinero para pagarlo está aprendiendo español y quería llamarlo así.
é﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽euros si le daba mi viol lo
vend, corbata negra con topos blancos, chaleco y manos un tanto cortadas por el
frio.ue en
Adrien
Una de las personas que
me llevo en mi corazón es Adrien. Tiene 53 años y es homeless. Cada día lo
encontrábamos sentado en medio del túnel que conecta la ciudad con el centro. Es
de Rumania, y trabajaba conduciendo camiones, pero enfermó de diabetes y por
problemas en la pierna perdió su trabajo, perdió su casa en un incendio y ha
acabado en Núremberg, donde gracias a Caritas y a personas de una iglesia
rumana, tiene sitios donde dormir por las noches y medicina cuando su pierna
empieza a doler. Siempre que podía me sentaba un rato con él. Le gustaba que
orase en español porque el rumano y el español se parecen un poquito. Un día
que hacii m﷽﷽﷽﷽﷽﷽aba que orase en
español porque el rumano y el español se parecen un poquito. Un dir por las
noches y medicina cuando ía mucho frío Marlisse y yo tuvimos la idea de
ir a comprar té calentito y un bocadillo, pero compramos dos tés más para
nosotras, y fuimos y nos sentamos con él, y estuvimos una hora charlando y
disfrutando de un té calentito. Fue muy triste despedirme de él y pensar que
seguirá allí cada día. Oro para que Dios restaure su pierna, su trabajo y su
vida.
Vuelta a casa
El sábado nos levantamos
super temprano, empacamos nuestras cosas, limpiamos Ekklesia y cogimos un tren
desde Nürmberg hasta Dresden. 5 horas para descansar, dormir un poco, comer un
sándwich e intentar asimilar todo lo vivido en las pasadas dos semanas.
Llegamos a casa sobre las 5 de la tarde, ya que tuvimos que esperar un buen
rato en Löbau porque los buses hacia Herrnhut los fines de semana pasan no muy
a menudo. Es curioso como después de estar dos semanas fuera el apartamento
sabe a hogar dulce hogar, y cada día más es como estar en casa… aunque eso sí,
sin la comida de mamá… pero estoy aprendiendo! Un besito y un súper megabrazo
desde el Water Castle en Herrnhut… ¡gracias por leer toda mi aventura en
Nürmberg! y por seguir siguiendo mi camino… INTO THE MOTA.
Keila.